son:
- Preocupación constante por conocer y utilizar dietas de forma indiscriminada.
- Dejar de comer alimentos que son necesarios para el organismo, generalmente los carbohidratos y cuando no hay necesidad ni siquiera de restringirlos, ya que el peso de la persona es el adecuado o menor al deseado.
- Obsesión por las calorías que contienen los alimentos.
- Rebotes de yo-yo, constantes, por las subidas y bajadas permanentes de peso, que ocasionan fuertes desajustes en el sistema endocrino de la persona que pueden llevarla a complicaciones fatales.
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