Por:
Brenda Mariel Martinez Almeida.
Mitzi Selina Gordillo Gallegos.
Erick Jesus Iduarte Quevedo
Parmis Nielsen Perez Perez
Leticia Gonzalez Fentana




Materia: Psicología de los problemas Sociales en México.




Profesora: Adriana Martinez.




13 sept 2010

Trata de blanca (trafico de personas)

La trata de personas antes era conocida como trata de blancas es un delito contra los derechos humanos considerado como la esclavitud del siglo XXI. Este delito consiste en el traslado forzoso o por engaño de una o varias personas de su lugar de origen (ya sea a nivel interno del país o transnacional), la privación total o parcial de su libertad y la explotación laboral, sexual o similar. Es diferente del tráfico ilegal de migrantes, por varios motivos:


















En primer lugar, el objetivo de la trata de personas es la explotación del individuo, mientras que en el tráfico ilegal es el movimiento de un lugar de origen a otro de destino, siendo siempre entre naciones, no teniendo por qué ser así en la trata de personas, ya que se puede producir incluso dentro del país.

En segundo lugar, en la trata de personas la relación con la organización delictiva no finaliza una vez el individuo (víctima) ha llegado al destino, sino que es un proceso que continúa con la explotación del mismo. En el caso del tráfico ilícito de migrantes, la relación con la persona beneficiaria del pago finaliza una vez el sujeto ha llegado al país de destino.

Finalmente, en la trata de personas es irrelevante el consentimiento dado por la víctima, lo cual significa que incluso cuando la persona accedió a ser llevada por los delincuentes, mantiene el status de víctima. Este hecho se debe a que los medios a través de los cuales una persona ha sido captada para ejercer un empleo han sido la coacción o el engaño. Asimismo, el consentimiento de un menor de edad o un discapacitado no será nunca considerado como tal. Sin embargo, en el tráfico ilegal de migrantes existe consentimiento para el movimiento de un lugar de origen a otro de destino.

Ningún Estado firmante del Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños puede judicializar a una persona que haya sido víctima de Trata de Personas, por cualquier delito que haya cometido, en relación con su experiencia como víctima de este delito.

De acuerdo con el Protocolo de las Naciones Unidas sobre el tema, incurre en el delito de Trata de Personas quien capte, traslade, reciba o acoja a una persona; con fines de explotación. A estas acciones encaminadas hacia la explotación humana se les ha denominado 'Verbos Rectores'. Aunque dicho Protocolo enmarca la Trata de Personas como un crimen transnacional, se registran casos de Trata de Personas al interior de un mismo país. Estos casos se conocen como casos de 'Trata Interna'.


















LA TRATA DE PERSONAS, que incluye el trabajo esclavo, el tráfico de órganos y la prostitución, es hoy el tercer crimen más lucrativo del mundo, y genera ingresos anuales por aproximadamente 32 mil millones de dólares. Más del 85 por ciento de esa cifra proviene exclusivamente del comercio sexual.
Aunque la prostitución suele ser calificada como la “profesión más antigua del mundo"; el intercambio de favores sexuales a cambio de bienes materiales requiere en realidad de un cierto tipo de acumulación económica o asimetría en los recursos que no se daba entre los primeros grupos humanos. Por eso, las redes de prostitución dedicadas a la trata de personas han crecido  en el último siglo debido los rápidos cambios en la estructura económica mundial que impulsaron la apertura de mercados y una amplia fluidez de capitales, lo que generó profundas diferencias económicas y sociales entre los distintos países y también dentro de cada nación. “En este contexto, el crimen organizado internacional va encontrando nichos cada vez más fructíferos donde operar’; destaca un informe de 2006 de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
Esa entidad estima que América Latina no ha sido ajena al fenómeno, entre otros motivos por la desregulación de las relaciones económicas y sociales en la década del 90. “Esto ocasionó un aumento del desempleo en la región, con un marcado empobrecimiento de la clase media y del segmento poblacional sumido en la extrema pobreza”. Así, la prostitución organizada que antes se llamaba “trata de blancas” (para diferenciarla del tráfico de esclavos negros), somete anualmente a miles de personas, en su mayoría mujeres y niñas, a una nueva forma de esclavitud de la cual les resulta muy difícil escapar.